Diario de Almería; 29/09/2018
La afición del Almería se había acostumbrado en estos últimos años a proyectos venidos a menos, plantillas mediocres y actitudes deplorables, tanto en el césped como fuera de él. A esto había que añadir, además, la cobardía que en muchas etapas desprendía un banquillo que no invitaba, ni mucho menos, a hacer pensar en que el rumbo podía cambiarse. A lo largo de este tiempo, figuras como las de Sergi o Ramis sí trataron de añadir cierto desparpajo a sus futbolistas, pero su labor fue cortada sin miramientos por un presidente desquiciado, sin asesores que se atrevieran a cuestionarle nada y sobrepasado por su afán de poder.